En los últimos años, la sociedad se ha sentido atraída por las grandes cadenas de fast fashion como Zara, H&M, Mango, entre otras, porque brindan al consumidor vestimenta en tendencia y sobre todo ofrecen un precio accesible, para prendas que son de baja calidad. Sin embargo, la mayoría de los compradores no conocen el proceso de fabricación y la contaminación que la industria de la moda genera. A través de este ensayo explicaremos más acerca del lado oscuro de la industria textil.
Los fashion victims, es un término inglés, que es utilizado para señalar a las personas que malgastan su dinero y su tiempo, en la adquisición de productos de temporada. Por lo tanto, aquellas personas son más propensas a sufrir los efectos negativos que produce la moda como estar dependientes de cada modelo que sale al mercado y generar un desequilibrio económico y social muy elevado.
Las personas obsesionadas con la moda generan una mayor demanda en la producción de vestimenta, especialmente para las marcas fast fashion que brindan múltiples tendencias a un bajo costo. Sin embargo, esta producción masiva genera una contaminación ambiental muy elevada, convirtiéndose en la segunda industria más contaminante en el mundo y los principales culpables del cambio climático. A esta contaminación, se añade las condiciones laborales precarias en la mayoría de países de Asia como Bangladesh y Camboya, los trabajadores trabajan 14 a 17 horas al día por un salario mínimo que no alcanza para una condición de vida digna.
Una de las posibles soluciones a este problema es empezando a adquirir ropa en las tiendas slow fashion, que producen prendas sostenibles para tener un consumo más responsable, así como demostrar su creatividad. Por consiguiente, al adquirir estas prendas apoyamos a lo diseñadores locales para que tengan recursos para seguir creando, asimismo, adquirimos vestimenta que utilizaron menos uso de energía, agua, petróleo, entre otros, por lo que nos brindan vestimenta de mejor calidad y por ende una larga duración.
En conclusión, debemos evitar comprar ropa en las empresas fast fashion, puesto que, los únicos perjudicados somos los compradores porque gastamos dinero de forma innecesaria en prendas de mala calidad, fabricadas por personas en condiciones laborales lamentables y que generan una contaminación ambiental catastrófica. Por lo tanto, ahora debemos de comprar ropa que sean amigables con el ambiente y sobre todo que sean una buena calidad para que tenga una mayor duración.
El lado oscuro de la industria de la moda

Published: