Hace un año escribía un artículo al cual denomine “los derechos olvidados” haciendo referencia a la dura realidad que vivimos muchas mujeres en nuestra sociedad tan poco igualitaria. Los días trascurrieron con prontitud y sin pensar el mundo cambio, un microscópico virus seria el que genere el gran cambio de la humanidad. Sin embargo en este duro contexto hemos podido comprobar como los nos dice Howard Hunter que la mujer posee una espiritualidad especial es ella la que tiene la oportunidad de alentar, elevar, enseñar y ser la que da el ejemplo de una vida justa y esperanzadora en familia y por ende en la sociedad.
Las mujeres nos encontramos al frente de la dura batalla contra el Covid-19, como trabajadoras del sector de la salud y en primera línea, y como científicos, médicos, dando seguridad como miembros de la policía, esforzándose como maestras para evitar que se pierdan importantes horas de formación a través del reto que supone la educación virtual. La Mujeres piuranas hemos demostrado prestar apoyo a las mujeres que se encuentran en la primera línea ante la lucha contra esta dolorosa pandemia; promovemos soluciones laborales flexibles; y priorizamos servicios para prevenir la violencia de género contra mujeres y niñas que se ven frecuentemente afectadas por la violencia física y psicológica vivida en sus hogares.
Las mujeres del mundo deseamos un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas. A fin de lograr este objetivo, el mundo necesita mujeres en todas las mesas en las que se tomen decisiones en bien del Perú y del mundo. Mujeres que con su delicadeza puedan romper las duras cadenas de opresión, mujeres que con su humidad apaguen cualquier llama de soberbia. Aunque falta camino por recorrer para conseguir una verdadera igualdad de género, no podemos negar todo lo que las mujeres hemos recorrido y avanzado en la historia.